En un mundo frenético, el bordado a mano me enseñó a frenar. A observar y cuidar los detalles.

Cada puntada es una forma de mirar hacia dentro, de conectar con la belleza de lo sencillo y hecho con sentido. Bordar me ayuda a poner orden al ruido y dar espacio a una fe que no impone, pero acompaña; una fe serena, que da paz y sostiene sin exigir.

Querida Mariti nace desde ahí, desde la calma, desde el deseo de compartir lo que se hace con las manos, pero también con el corazón.

Aquí encontrarás piezas bordadas a mano, inspiradas en la dulzura de la infancia, los valores familiares y la fe sencilla pero firme.

Atte. Fuencis,

creadora de Querida Mariti